La semana pasada tuvo lugar el curso de Formación Psicológica: Atención a las Familias, que Alba Calleja. Psicóloga imparte a través de CM Formación, Eventos, Consultoría a una selección de la plantilla de trabajadores de Funeraria Gijonesa S.A.
Asumir, integrar, entender la renuncia definitiva a una figura significativa en la vida de una persona será uno de los mayores retos a los que se enfrentará nunca…
Las familias que sufren la pérdida de un ser querido pasan por etapas de incredulidad, agresión, furia, culpa, desolación, bloqueo… fácilmente reconocibles y directamente influyentes en su capacidad de comunicación, en sus comportamientos… todo esto hace que el trabajo en el ámbito funerario se vea envuelto por una serie de detalles que elevan sus niveles de complejidad.
A lo largo de esta formación intensiva, se pretendía la consecución de ciertos objetivos que dotaran al trabajador de habilidades suficientes como para mejorar notablemente su desempeño laboral. Enseñar a mejorar al trabajador en el trato con las personas y su dolor para lo cual nos centramos en…:
- Conocer de forma más pormenorizada el perfil de personas con las que trabajan, las fases del duelo y los aspectos básicos sobre los que centrar su intervención o labor.
- Manejar cuestiones protocolarias relativas a la imagen de la empresa y el tratamiento a un cliente que sufre.
- Dominar los códigos de comunicación para asegurarse una correcta transmisión del mensaje cuando las condiciones no lo ponen fácil.
- Adquirir nociones sobre la resolución de los aspectos acumulativos del estrés en el trabajo, labor en equipo… en un trabajo particular y especialmente complejo.
El trabajador tiene que encontrar el equilibrio entre los aspectos teóricos y su estilo de desempeño, tiene que alcanzar un balance entre el plano funcional y el plano emocional de tal forma que al final alcance un espacio de trabajo cómodo y equilibrado a través del cual y de forma directa se beneficie el cliente, la imagen de la empresa y el mismo empleado.
El ejercicio profesional te enseña a ser flexible, a priorizar la adaptación a cada persona y situación como una de las herramientas de trabajo más útiles. Debemos además, tener una capacidad de autocontrol que nos ayude a superar situaciones críticas, y reorientar las quejas, el dolor, o las situaciones difíciles dadas con las familias.
La perspectiva final supone no añadir dificultades al dolor de las personas y responder de forma práctica a las cuestiones que se les planteen y que tengan que ver con el servicio. Todo esto cuidando la posición de control, responsabilidad y confianza.
Alba Calleja. Psicóloga
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