Nuestro cerebro esconde muchos secretos…HOY:
CONFORMIDAD DE ASCH Y OBEDIENCIA A LA AUTORIDAD DE MILGRAM
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CONFORMIDAD
Solomon Asch, de origen judío y en tiempos del ascenso del Nazismo en Alemania, diseñó y desarrolló estudios para probar el poder de la presión ejercida por otros hasta hacer que un sujeto se conforme, cambie de opinión o modifique su propia percepción.
La aberración humana vivida en su época en un escenario de horrores solo propios del holocausto le hizo interesarse en la investigación sobre la presión de grupo y su influencia en el juicio y la individualidad de un sujeto.
Las personas podían incurrir en errores por la fuerza ejercida por el consenso de la opinión de otros, porque no deseaban desmarcarse o no querían parecer diferente a sus semejantes.
En su experimento, ocho estudiantes fueron invitados a participar en una sesión de evaluación perceptiva, en la que debían decidir cuál de las tres líneas de prueba tenía la misma longitud que la de una línea estándar.
La distribución de asientos, en semicírculo, invitaba a dar las respuestas por turnos y en voz alta, pero en el diseño de esta condición experimental todos los participantes eran ganchos menos uno, y estaban instruidos para dar respuestas erróneas y así evaluar la influencia en el tipo de respuesta dada por el participante inocente.
En los primeros ensayos, los participantes dieron respuestas correctas para ganar credibilidad frente al sujeto estudiado. Cuando la gente que le rodeaba comenzó a dar las respuestas incorrectas pactadas a las preguntas proporcionadas, más de un tercio de los sujetos estudiados en diferentes grupos se dejaron llevar y manifestaron una opinión o respuesta errónea.

Imagínate estar sentado en el medio de un grupo de personas desconocidas que dan una respuesta en común que tu no compartes pero que manifiestan desde la supuesta obviedad… ¿incómodo verdad? ¿Te invitaría a duda o turbación, cierto?.
Estas personas racionalizaban al final del experimento su comportamiento bajo la premisa de que “no podía haber error colectivo”, no podían estar todos equivocados, y así había modificado su propio criterio aun sabiéndose en contra del mismo. Además, las personas desean firmemente no ser diferentes y por eso se comportan en ocasiones de esta forma, el objetivo era no desviarse del grupo, no ser la excepción y exponerse.
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OBEDIENCIA A LA AUTORIDAD
El Experimento de Stanley Milgram surge para estudiar el conformismo de Asch pero modificando la naturaleza de la tarea a desarrollar, apartándose de la neutralidad de la percepción de unas líneas e incluyéndole una carga de responsabilidad o implicación por parte del sujeto experimentado, esta vez se trataría de hacer o no daño a otra persona, y además modificando también el contexto social, sustituyendo el grupo de participantes por una sola figura, eso sí, que inspirara autoridad en el sujeto.
En esa época del holocausto nazi, muchos criminales de guerra declararon que simplemente cumplieron órdenes de figuras autoritarias superiores…Así, Milgram quería saber hasta qué punto la gente es capaz de hacer daño a una tercera persona por el mero hecho de que una autoridad se lo ordene.
Milgram creó una situación experimental en la que había un “generador de descarga” eléctrica (falso) con 30 interruptores distribuidos en incrementos de 15, llegando hasta los 450 voltios y etiquetados además con rótulos indicativos que describían las descargas como Moderadas, Graves, Peligrosas, XXX…

El diseño de la situación se desarrollaba con la presencia de un “experimentador“, que supuestamente dirigía el experimento legitimado en la investigación, la ciencia y disfrazado con una intimidante bata blanca y a otra persona “aprendiz” que se exponía como sujeto experimental a la distribución de descargas que castigarían los errores cometidos en un ejercicio aleatorio de elección de palabras. Sin duda todos cómplices excepto la persona que iba a ejecutar las descargas a esa supuesta víctima separada de él en otro cuarto.
El aprendiz nunca recibió las descargas, pero cuando se pulsaba el interruptor bajo las directrices del experimentador se activaba un audio del que salía la queja manifiesta de esa persona. “Continúe, por favor”, “Siga, por favor”, “El experimento necesita que usted siga”, “Es absolutamente esencial que continúe “, “No tiene otra opción, debe continuar” fueron las indicaciones no exentas de presión que recibió la persona estudiada.
Si bien la mayoría de los sujetos se sintieron incómodos haciéndolo, los 40 sujetos obedecieron hasta pulsar el interruptor de los 300 voltios. Incluso 25 de los 40 sujetos siguieron dando descargas hasta llegar al nivel máximo de 450 voltios.
La naturaleza secuencial de la tarea, (esto es el ir dando descargas de menos a más y no comenzando de golpe con las más intensas), el temor de ofender a la autoridad y la inquietud ante la desobediencia, y la atribución de la responsabilidad de la situación a las órdenes dadas por figura de autoridad superior, son varios de los elementos que Milgram identificó como responsables de estos comportamientos.
¿CURIOSO VERDAD?
Estas y otras curiosidades en… Alba Calleja. Psicóloga.
Alba Calleja. Psicóloga
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albacallejapsicologa.com
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