MIEDO A LA SOLEDAD: El verdadero mal de nuestra era.

Muchas personas sufren a lo largo de su vida un terrible miedo asociado al monstruo de la soledad. Pensamientos sobre quedarse solos llenan de sufrimiento sus mentes. Sin embargo es importante saber que, en realidad, el miedo a la soledad puede ser más peligroso que la soledad en sí misma.

POR QUÉ ESTOY SOLO.

Sentir la soledad como un fracaso personal en vez de como una condición contextual e incluso temporal, a veces puede sumir a las personas en un oscuro estado de ánimo y una profunda desesperanza futura. La soledad puede ser algo muy necesario si aprendemos a vivirla con el equilibrio que le corresponde y realmente puede ser solo una condición vital pasajera que dé lugar a otras épocas en las que lo social, familiar o sentimental tengan más peso.

Sin embargo si la vivimos como un castigo, y nos llenamos de culpa al conectar la causa de esa condición con nosotros mismos y nuestros errores, (olvidándonos de elementos externos que también pueden estar entrando en el juego causal y casual), terminamos perdiéndonos en un mar de inseguridades y miedos, que al final suponen la verdadera fuente de auto boicot al cortarnos la posibilidad de disfrutar de las relaciones humanas con la naturalidad que de verdad requieren y hacen que salgan bien.

Es imposible fluir en las interacciones sociales si las vives desde el miedo o la presión constantes.

LA PELIGROSA DEPENDENCIA.

El miedo a la soledad está además en la base de un gran número de problemáticas psicopatológicas y por eso no podemos dejarlo campar a sus anchas por nuestros pensamientos. La depresión, la ansiedad, algunas fobias, trastornos de la personalidad, del apego e incluso cuadros de delirio, son ejemplos reales de lo lejos que puede llevarnos el miedo a veces.

Las relaciones de dependencia son de hecho, uno de los mayores peligros a los que nos traslada a veces la evitación y el no querer experimentar una soledad que creemos puede destruirnos y que sin embargo, en muchos casos, da lugar a un crecimiento y evolución internas que premia la valentía de quienes se atreven a vivirla y conocerse.

No terminar relaciones peligrosas por el miedo a la soledad puede meternos en muchos problemas cuando el sentido del vínculo se pierde o se vuelve contraproducente. A veces estiramos las relaciones hasta deformarlas solo por no saber dar un final al tiempo y esto puede provocar situaciones de peligro real en la vida de las personas y su estado psicológico.

TODO EL MUNDO ESTÁ SOLO.

Lo que verdaderamente debe darnos miedo es destinar todos nuestros recursos y pensamientos a cuidar las relaciones sociales frente a nuestra relación con nosotros mismos.

Al fin y al cabo y aun siendo básico para el correcto desarrollo del yo que las relaciones estén presentes de forma saludable en nuestra vida, no todo nuestro bienestar depende de ello.

Nuestro yo se forma a partir de lo social, pero no debemos proyectar todas las expectativas en un proceso que solo nos construya de fuera a dentro por lo dependientes que puede volvernos ese esquema si se vive de manera excluyente al cuidado interno que todos necesitamos para conocernos.

En realidad, todo el mundo está solo, todo el mundo vive solo en su psique y es casi el único responsable de conocer su funcionamiento y trabajar en su mejora y mantenimiento y en la superación de sus miedos a través de retos diarios y constantes.

Diríamos pues que el miedo puede ser positivo bien colocado en nuestra vida, como fuente de disciplina y autocontrol, manteniéndonos atentos a nuestras vulnerabilidades y concentrados en superarlas. Pero aplicado a la soledad es tremendamente peligroso. Para que verdaderamente fluyan, las relaciones humanas deben estar oxigenadas, tener aire entre las personas para refrescar el sentido de la unión, ser vividas desde la naturalidad y la temporalidad y a veces darles un final que nos haga protegernos de su peor versión.

Recuerda, sentirse querido es maravilloso pero saber quererse es igual o más importante.

Alba Calleja. Psicóloga.

635.961.102  albacallejapsicologa.com

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