TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS

La relación del estado de nuestra mente con el de nuestro cuerpo queda patente a través de los trastornos psicosomáticos. Este tipo de problemáticas hacen que las alteraciones del estado de ánimo, emocionales o de la personalidad se manifiesten a través de dolencias físicas.

La psoriasis, tensiones musculares y contracturas, la colitis ulcerosa, colon irritable, hipertensión, taquicardias, cefaleas…son varios de los trastornos psicofisiológicos cuyo origen y mantenimiento se explica a través de esta relación.

Como las manifestaciones son físicas, el paciente suele  acudir a buscar ayuda médica, pues erróneamente atribuye el origen de estos problemas a una enfermedad orgánica.

En realidad, se trata de una serie de factores psicológicos que afectan en gran medida al estado de nuestro organismo. Los trastornos psicosomáticos responden a un modelo integral en el que lo físico interacciona con lo psíquico. Los factores psicológicos pueden afectar negativamente y generar, mantener o incluso agravar nuestras dolencias.

Nuestro cuerpo está programado para tener una reacción al estrés que incrementa nuestro estado de alerta, para facilitar nuestra capacidad inmediata de reacción. El problema surge cuando los estados de tensión se mantienen y se exige a nuestro organismo que prolongue esta reacción física, lo que lleva a estados de agotamiento neuronal, hormonal y deteriora el funcionamiento normal de los sistemas y aparatos. Esto deriva inevitablemente en estados de enfermedad que responden a ese estrés mantenido de forma continuada.

Por lo tanto las soluciones han de pasar por la resolución de los conflictos que estén generando los cuadros sintomáticos, por el posible empeoramiento de las problemáticas físicas surgidas, y por la no adecuación o insuficiencia de los recursos médicos que se destinen a esta situación y que ponen tiritas a una herida más profunda.

No es casualidad que me duela la tripa cuando me pongo nervioso, que mis migrañas surjan curiosamente cuando más resolutivo debería de estar, que mi cuerpo sufra urticarias cuando llevo una mala racha, que me duela la espalda cuando a ella le echo todos mis problemas o que caiga enfermo de catarro cuando más cansado estoy…

Agotar nuestras defensas implica que nuestros recursos se debiliten y nuestras enfermedades se agraven.

Incorpora herramientas resolutivas y de afrontamiento en un espacio terapéutico que te dote de habilidades y te libere del abuso que supone el mantenimiento de estrés y tensión en el organismo. Recuerda que la primera sesión de encuentro es gratuita para que en ella valores la posible adecuación del recurso.

 

Alba Calleja. Psicóloga.
Recuerda: 635.961.102-985.130.506
albacallejapsicologa.com

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