A estas alturas, ya todos sabemos que los rasgos de la personalidad influyen de forma innegable en las maneras de percibir el mundo y gestionarlo y por lo tanto también en el devenir de los problemas de todo tipo o la capacidad de resolución que se tiene ante los mismos.
Para mí, una de las variables más importantes en la personalidad a este respecto, es la que tiene que ver con la percepción de control. De hecho, el llamado locus de control es un elemento cuya presencia en consulta debe trabajarse desde el principio.
- Entendemos como percepción de control a la creencia de poseer capacidad y recursos para desarrollar una acción que nos lleve a incrementar la probabilidad de éxito, a obtener nuestro objetivo o meta, a resolver nuestros problemas, y a evitar los desenlaces negativos.
La mayoría de personas que no se encuentran bien, parten de una sensación de pérdida de control ante sus problemas, y se sienten por ello lejos de las opciones reales de resolución de los mismos por el bloqueo al que esto nos lleva.
En este sentido, la conducta de las personas se verá en gran parte determinada por la forma en que perciben las situaciones dadas y su posición en ellas, y en el grado o nivel de control que piensan poseen sobre su resolución.
Y es que ante un examen que estimemos fácil o accesible siempre estudiaremos mejor que ante uno que nos parezca difícil de aprobar, y eso lo cambia todo.
Planteando incluso la relación entre este constructo y la salud, diríamos que el hecho de percibir más control disminuye los niveles de ansiedad y depresión, provocando, en último término, un mejor ajuste psicológico y menor sensación de vulnerabilidad al padecimiento de una enfermedad. Y resulta que eso también influye en el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestro sistema inmune.
Por lo tanto la percepción de control nos da un acceso real a la mejor versión de nuestras habilidades mentales y conductuales, nos despierta motivación, nos genera un rol de ganadores y nos lleva a hacerlo mejor directa e indirectamente.
La idea más importante sobre la que gira esta cognición es la relación que viven los individuos entre su comportamiento y la consecuencia del mismo.
Esto marca fuertes diferencias individuales en tanto en cuanto las personas pueden tender al externalismo o al internalismo, es decir la creencia de que las consecuencias escapan a su control o de que realmente dependen de sus conductas.
Personas cuya tendencia de pensamiento es la primera, tenderán al cuadro depresivo, al pensamiento melancólico, al negativismo y por lo tanto limitarán de forma inconsciente sus intentos, como el que en un juego, sabe que va a perder y se implica menos o peor por lo tanto en resolver el desafío.
Esto le aleja de las opciones reales de acceder a sus habilidades resolutivas en plenas capacidades. De ahí la gran importancia de cuidar este elemento desde el principio, y de dirigir nuestro pensamiento hacia lo que lo fomente y nos coloque en una posición que acrecente la conciencia de capacidad.