Es navidad y este año las fiestas van a ser raras, ni siquiera tenemos claro hasta qué punto todavía, pero ojo, estas fechas siempre van a esconder ciertos valores fijos que las pueden hacer especiales, y como dice una gran frase, mientras queden mariposas en el estómago, habrá que defenderlas.
La idea es enfocarnos en encontrar los reductos de valor que podemos salvar aun con las particularidades que nos rodean este año, en un contexto que enrarece y limita el tipo de celebración que cada uno diseñaríamos en condiciones normales.
La clave a nivel psicológico es generar diferencias con respecto al resto de días y equilibrar las emociones en días tan bonitos para unos como tristes para otros. Vamos a proteger el valor de lo especial, porque lo necesitamos, sea a través del menú, la decoración, los jerséis navideños, ponernos guapos, la música, las reflexiones, los brindis, la melancolía, el cariño, las llamadas, los deseos… No podemos perderlo todo.
LA DICOTOMÍA DE LA NAVIDAD.
La navidad siempre es bonita, pero melancólica, dulce pero emocionante, alegre y triste a la vez, y esa dicotomía emocional este año estará más presente que nunca por nuestra fatiga psicológica y agotamiento mental tras lo acontecido durante los últimos meses.
Vamos a estar flojos, blandos y especialmente sensibles, pasarela interesante para conectar con nuestras emociones, con el cariño y el afecto, para minimizar los conflictos (familiares u otros) y ventilar emocionalmente el llanto, decir en alto lo que el pudor nos impide a veces y sentir lo bonito de la melancolía sin miedo.
EL REPASO DE MÉRITOS.
El sentido de cierre de año nos suele conectar con los repasos, este año toca tener cuidado y reconducir la dirección de los mismos buscando valores y méritos y no pérdidas y fracasos. Si este año somos algo, es guerreros, supervivientes, luchadores, la mayoría debemos darnos una palmada en la espalda, a nuestra mente por lograr superar meses de grandes dificultades a nivel psicológico y a nuestro cuerpo por sobrevivir a un ataque directo. Darnos los méritos que nos corresponden es algo más que adecuado estas fechas.
LOS BRINDIS.
Siempre hay que buscar por qué brindar. La ambición de mejorar, de encontrar nuevas ilusiones para el año que viene, de dejar atrás lo vivido estos meses, de relativizar y temporalizar que ningún sufrimiento dura para siempre… son motivos que nos deben obligar a brindar enfocándonos en el futuro y en la lucha por recuperarnos. Tiene que haber algo que le dé sentido a levantar la copa estos días…
SENTIRNOS CERCA.
Si algo hemos aprendido durante los últimos y raros tiempos, es a relacionarnos con los otros, consiguiendo sentir cercanía a través de los medios tecnológicos. Es el momento de utilizar las destrezas adquiridas durante el año en días especialmente importantes para ello.
LO SENSORIAL.
Estos días, vamos a intentar crear momentos que cuiden los sentidos, el sabor de algo rico, el calor de un ambiente cercano, las luces, lo bonito de una mesa festiva, unas velas, una lista de reproducción de música especial… Dale de comer a tu estómago pero también a tu cerebro visual y sensorialmente.
LOS HOMENAJES.
Para los muchos que han perdido a alguien recientemente y su navidad se vuelve inevitablemente triste, puede ser interesante buscar formas de homenajear a los que se fueron.
Durante el duelo, a nuestro cerebro le cuesta dejar marchar a nuestros seres queridos, y es importante enseñarle que esas personas no se van, que homenajearles desde el recuerdo y el orgullo en las ocasiones especiales, es tan emocionante como importante, pues les da un sitio real, y que lo que verdaderamente estamos aprendiendo cuando nos dejan es a darles otro lugar, de otra forma, pero igual de sólida y firme en nuestras vidas. Es el momento de alzar las copas por ellos.
SI ESTÁS SOLO.
Si estás solo ese día. Has de saber, que en realidad, todo el mundo está solo siempre, incluso aquel que más rodeado de gente aparente encontrarse, se enfrentará a sus juicios internos en el mismo ejercicio de soledad que cualquiera. No le temas a ese estado.
No te prives de los placeres que están al alcance. Intenta diseñar para ti el momento reservado a ser especial que buscamos que sean en último término estos días.
SI DECIDES NO CELEBRARLAS.
Si ningún tip encaja con tus circunstancias concretas, y desistes de encontrar valores fijos que puedan hacer especial en algo a esas fechas, solo deja que pase, pero, eso sí, con discreción y dignidad, no con enfado y resignación, como una elección de no celebración y no como una imposición que te impida encontrar algún recoveco de disfrute.
Siente que escoges no hacerlo, eso mantiene cierta sensación de control hacia las situaciones difíciles y resulta clave en la neutralización del sufrimiento de las personas a nivel psicológico…
Alba Calleja. Psicóloga.
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