A través de una encuesta publicada en el Instagram de albacallejapsicologa, muchas personas han enviado preguntas que recogen sus dudas, intrigas y curiosidades sobre el ejercicio de la psicología.
Algunas divertidas, otras interesantes… Hoy, vamos a dar respuesta a algunas de ellas.
- “¿Vais al psicólogo los psicólogos? “.
Al igual que un dentista no puede sacarse una muela a sí mismo, nosotros tampoco podemos alcanzar la objetividad que requiere el análisis y gestión de algunas problemáticas vitales desde nuestro propio criterio. Como cualquier otra persona, ante la pérdida de perspectiva, acudimos a algún compañero para recibir las orientaciones a las que el malestar nos impide acceder. La terapia tiene un porqué más práctico de lo que se suele pensar, y en este sentido, es un recurso que nosotros también incorporamos a nuestras vidas en la medida de lo necesario.
- “Cuenta alguna anécdota“.
Ahí van unas cuantas. Una vez me dio un ataque de risa y tuve que parar la sesión porque me resultaba imposible continuar. Era alguien que aun en una situación vital extremadamente compleja, tenía un discurso en clave de humor que acabaría con la compostura de cualquiera…
A una persona le dio un ataque de estornudos de tal magnitud que no pudimos continuar la sesión tras más de 15 minutos imposibles de espera…
En otra ocasión, alguien había pedido cita a tantos psicólogos que vino a mi consulta confundido, pensando que estaba en otro espacio terapéutico. Lo bueno es que al final, se quedó a hacer su tratamiento conmigo, y consiguió sus objetivos de manera exitosa por cierto.
Otro día, en tiempos precovid, y tras finalizar una sesión en la que la persona me había mirado relativamente raro todo el tiempo, me di cuenta, al ir al lavabo, que había estado todo el encuentro con un moco en la nariz de dimensiones evidentes… En la siguiente sesión, nos reímos mucho de ello y le pedí que me avisara antes para la próxima vez…
- “¿Lloraste en alguna sesión? “.
A veces, los testimonios son tan crudos, las vivencias tan reales, el dolor tan fuerte, que resulta imposible no emocionarse por momentos, sin embargo, es importante mantener el control, acompañar desde la serenidad del respeto y no quebrarse para lograr ser quien debes ser hacia la otra persona. Después de la sesión puedes concentrarte en tus emociones; durante, debes concentrarte en las suyas.
- “Tu primer caso”.
Uno de mis primeros casos, sin duda aquel que recuerdo con más cariño, fue el de una persona que había conocido en mi trabajo anterior como auxiliar terapéutica, y que al saber que había empezado a trabajar en consulta, quiso comenzar su proceso de cambio interno conmigo de inmediato. Un caso difícil, complejo a tantos niveles que recuerdo bien el éxito que representaba cada uno de sus logros. Hoy, esa persona está lejos, pero me escribe alguna vez para contarme y compartir conmigo la continuación de su camino, haciéndome sentir un poco míos (aunque no lo sean) todos sus éxitos actuales… Es alguien sin duda, muy especial.
- “¿Van más hombres o mujeres?“
Al principio, era notable que acudían a consulta más mujeres que hombres, ahora diría que el número es más parejo y va más por temporadas… La normalización de acudir al psicólogo está ayudando de forma progresiva e innegable a que las cifras se regulen cada vez más.
- “Casos más típicos“.
Sin duda los trastornos del estado de ánimo y cuadros de ansiedad. Algunos por cierto, muy vinculados a las particularidades de los tiempos que estamos viviendo…
- “No sé cómo aguantas todos los problemas de la gente…“.
Lo más importante es cuidarse, ajustar la oferta de trabajo a las capacidades reales que tenemos los profesionales cada época y que cambian en función de factores tanto laborales como personales, no sobrecargarse, proteger los descansos, restaurarse tras las sesiones más desgastantes… es lo que garantiza el dar siempre un servicio de calidad y afrontar con frescura y habilidad cada sesión. Pincha aquí para saber más.
- “Qué es lo peor de tu trabajo”.
Cuando sale mal y no se consiguen los objetivos, cuando recibes críticas o exigencias de manera desagradable e injusta, cuando te exigen soluciones rápidas, cuando después de trabajar una idea, pauta u orientación durante toda la sesión con profundidad y cuidado, te preguntan al acabar, pero ¿y qué hago?… y sobre todo cuando te cambian las citas o no acuden a la sesión programada…Pincha aquí para saber más.
- “Si se ha enamorado de ti algún paciente”.
Los procesos de transferencia, que es el nombre que reciben este tipo de situaciones, pueden ocurrir a veces en consulta. La admiración, el agradecimiento por la ayuda o el cariño por el cuidado, pueden generar emociones contradictorias o confusas que conviene abordar con cierta naturalidad. A menudo, se deben distanciar las sesiones para proteger el sentido y el aprovechamiento de la terapia, o llegar a interrumpir el tratamiento si las emociones no se reajustan…
- “En una relación, cómo saber si tú eres la persona tóxica”.
Normalmente todas las personas exhibimos comportamientos algo tóxicos alguna vez. La clave es tener conciencia de ello, identificar cuándo nuestros impulsos o nuestras emociones nos pueden estar llevando más lejos de lo que queremos ir y ofrecer resistencia a esa parte de nosotros. Al final todos somos todo, pero el porcentaje que alcanzemos de cada parte es la clave más determiante, así que la idea central es intentar no entrenar y atrofiar las peores partes de nuestro yo y potenciar y dar fuerza a las mejores. En cualquier caso, muchas veces, preguntarnos si somos tóxicos, ya coloca nuestra atención en el autoestudio, asegurándonos una parte de autocrítica que a menudo nos proteje de por lo menos, ir a más…
- “¿Cómo dar con el psicólogo idóneo para mí?“.
Conseguir encontrar al profesional más adecuado para cada uno es una de las cuestiones más importantes en psicología. Conocer varias opciones y valorar el perfil de cada terapeuta en relación con el tuyo, es algo necesario que pueda ir guiando tu búsqueda hacia el éxito. Sentirse cómodo es clave desde el principio, y no solo depende de la formación y de las referencias externas del profesional, pues cada alianza terapéutica que se genera es un mundo particular y concreto, y lograr que sea equilibrado, agradable y útil es básico para poder hacer un buen trabajo de cambio. No hay que tenerle miedo al ensayo-error y a probar a conocer compañeros hasta que legitimes todo lo posible con quien quieres trabajar tus dificultades. Pincha aquí para saber más.
- “¿Por qué hay subidas y bajadas en el estado de ánimo como si estuvieras en una montaña rusa?“.
La naturaleza anímica de las personas es oscilante, tiende al cambio, y algunos acusan picos de respuesta emocional más marcados que otros, es decir, suben más cuando están arriba, y bajan más cuando están abajo.
Si a eso le añades la velocidad del cambio en función de vivencias externas o de cambios internos incluso en clave hormonal, la sensación es realmente la de vivir en una montaña rusa. La idea es aprender a identificar el esquema natural del que partimos cada uno a nivel de cambios anímicos, intentar pulir los picos y aprender a neutralizar la sensación de caos que estos nos provocan…Pincha aquí para saber más.
Y hasta aquí por hoy, puedes hacerme llegar tu pregunta por redes, para la segunda parte…
Alba Calleja. Psicóloga.
635.961.102
albacallejapsicologa.com
Muy buen artículo. Me ha sido muy útil, muchas gracias.