1. No aconsejamos.
Durante el proceso terapéutico nuestra labor tiene más que ver con orientar que con aconsejar al paciente.
La diferencia principal se da al buscar siempre conectar las opciones de gestión, manejo y cambio con las posibilidades y particularidades reales de cada psique. De tal forma, cuando un consejo es algo lanzado más desde el sistema operativo de quien lo da, la orientación tiene más que ver con la manera de vivir del que lo recibe.
De las cuestiones técnicas ni hablamos, nuestra formación aunque desconocida por muchos y discutida por otros, es tan real como sólida validando de manera definitiva nuestro criterio e instrucciones.
2. No convencemos.
En la línea de lo descrito nuestro ejercicio nunca intenta dirigir o imponer nuestro criterio al del paciente. De hecho, nosotros en consulta no tenemos opinión, no se juzga, solo se estudia, analiza y expone la trascendencia psicológica y estructural que en muchos casos tienen las opciones decisionales de las personas.
A veces no estamos de acuerdo con lo que oímos, pero nuestra labor es conectar al paciente con su criterio y la mejor versión de sus opciones y acompañarle cuando no lo hace o le cuesta trabajo…
3. No invadimos.
Algo curioso es que nosotros, solo podemos trabajar con la información que nos da el paciente. A veces percibimos incongruencias o directamente mentiras en el discurso de la persona, sin embargo no podemos invadir, presionar, cuestionar o confrontar las barreras de información que nos pone el que tenemos en frente.
Nuestra labor es intentar ganarnos esos datos, intentar lograr acceder a esa información entonces, de otra manera o respetar el último caso que no la quieran compartir con nosotros. Incluso si por casualidad vemos algo fuera de consulta que luego el paciente no nos cuenta, no debemos usarlo. Trabajamos solo con el material que nos dais…
4. No engañamos.
El psicólogo no puede prometer logros o cambios que no sabemos si el paciente va a lograr a través del proceso terapéutico. A veces, aun con mucho esfuerzo e implicación por ambas partes, los cambios tienen topes y reajustar los objetivos a las posibilidades reales suele ser una destreza tan importante como la ambición imparable de cambio.
Sólo podemos ofrecer todo nuestro esfuerzo y de nuevo implicación para lograr conseguir juntos todo lo que se pueda. Pero solo lo que se pueda…
5. No somos los responsables.
Nunca hagas a tu psicólogo responsable de tus decisiones. No lo somos de los fracasos ni tampoco de los logros del paciente.
En la línea de todos los puntos descritos nuestro trabajo tiene más que ver con conectar a la persona con su propio mundo interno (la mayéutica), enseñarle a estudiarlo, analizarlo y entenderlo, localizar los rasgos a combatir, los errores del sistema a corregir, generar resistencias ante los automatismos, reprogramar creencias erróneas o disruptivas, ayudar en la relación con los elementos biográficos y acompañar en último término, en el noble arte de vivir. Nada más…y nada menos.
*Bonus track: NO, TAMPOCO “COTILLEAMOS” CON LOS DATOS TERAPÉUTICOS QUE RECABAMOS EN SESIÓN…
Alba Calleja. Psicóloga.
Recuerda: 635.961.102
albacallejapsicologa.com