A partir del mediodía del domingo, comenzamos a meternos en un bucle de melancolía, tristeza y oscuridad, que suele cargarse absolutamente los últimos coletazos de nuestro legítimo tiempo de descanso del fin de semana.
A partir del mediodía del domingo, comenzamos a meternos en un bucle de melancolía, tristeza y oscuridad, que suele cargarse absolutamente los últimos coletazos de nuestro legítimo tiempo de descanso del fin de semana.