Los desajustes psicológicos más típicos en Navidad.

Llega la Navidad, y aunque estas fiestas están plagadas de referencias a la ilusión, las reuniones y el amor, también esconden recovecos emocionales muy complejos que en ocasiones son difíciles de entender y manejar. Hoy vamos a repasar algunos de esos malestares que se pueden dar típicos en estas fiestas. ¿Reconoces alguno?

Ansiedad por las reuniones familiares.

Cada año vienen a consulta personas manifestando grandes niveles de ansiedad anticipatoria ante la llegada de las “inevitables” reuniones familiares propias de estas fechas. Reencuentros con personas a las que, a veces, ya no nos une demasiado. Conversaciones que se convierten en competiciones y cuñados que nos solucionan la vida en un par de frases, todo un juicio de vida copa en mano. A veces hay que prepararse un poco psicológicamente para conseguir blindarse del daño que estos momentos pueden causarnos y recuperarnos después de algunas conversaciones o comentarios que se quedan rebotando en nuestra cabeza…

Tip: Implicarnos poco emocionalmente en los momentos desagradables o con las personas incómodas…Poco feedback y retirada temprana.

Melancolía por las ausencias.

En muchas familias, hay alguna silla vacía. Y las reuniones acrecientan la sensación de ausencia, anhelo, dolor… Algunos núcleos familiares además, no manejan con destreza estos momentos, no se comunican ni comparten lo que están viviendo, sometiendo al silencio un dolor que suena a gritos, por pudor, por desconocimiento de cómo hacerlo mejor… También hay que aprender a gestionar este tipo de situaciones de forma individual y en grupo para poder transitar el duelo de la forma más sana posible…

Tip: Hablemos de lo que nos duele. Y traigamos a la mesa a las personas que nos faltan en forma de recuerdos y anécdotas contadas por todos…

Presión de grupo.

A veces no nos apetece beber, comer, quedar ni charlar. Cuidado con los comentarios, con la presión que generan algunas propuestas o cuestionamientos. Con el miedo a ser los raros. (VIVAN LOS RAROS). En el interior de todas las personas está el profundo deseo de sentirnos aceptados, recibir aprobación, pero siempre hay que tener cuidado de a qué nos lleva eso. Si estás en un momento de tu vida más inseguro o te sientes especialmente vulnerable, quizá debas estar especialmente atento a la influencia que pueden estar generando en ti algunas personas o momentos.

Tip: Perder el miedo a decir que no a lo que no quiero hacer, evitar al máximo a las personas invasivas en sus formas, no buscar la aceptación con actos que realmente no queremos ejecutar…

Compras compulsivas.

Intentar demostrar el amor a través de las compras ya es casi una regla general en Navidad. Si nos dejamos llevar, podemos caer en un tipo de compra impulsiva que pretenda representar un amor que realmente ha de ser mostrado de otra manera, o puede que busquemos huir desesperadamente de un rechazo o una crítica dentro de un vínculo familiar que ya está roto. No olvidemos que los problemas de comunicación y las dificultades en la relaciones afectivas, no van a resolverse (ni deben hacerlo) con un gran regalo puesto debajo de ningún árbol. El esfuerzo de aprender a quererse o atreverse a alejarse en otros casos, tiene mucho más valor que cualquier bien material…

Tip: No sentir que nos la jugamos con cada regalo, con cada movimiento. Un regalo no ejerce un cambio significativo en el tipo de vínculo que tengamos con cada persona…

Además también podemos caer en la impulsividad hacia la compra de alimentos, bebidas… No pasa nada si no llenamos la mesa de excesos. El ritual de la comida nos puede sobrepasar si no nos organizamos antes de recorrer los pasillos del centro comercial…No necesitamos tanto. De nada.

Tip: Organizar las comidas y apuntar lo realmente necesario. No intentar impresionar.

Frustración.

Si algo le puede provocar la navidad a algunas personas es frustración. Unas semanas especialmente expuestas a las imágenes idílicas que no todo el mundo puede replicar. Lucha por hacer las cosas lo más a tu manera posible, y aíslate de las apariencias que puedan acercarte a la decepción perpetua.

Tip: Identifica cómo quieres vivir tú la Navidad (y todo lo demás) e intenta que tu realidad se parezca más a eso que a la reproducción de cualquier cliché…

¿Otras fuentes probables de frustración? Querer quedar con todo el mundo y no abarcar en tiempo y forma, o todo lo contrario y sentirte solo, sufrir apuros económicos que se hacen más evidentes durante estas semanas…

Tip: Recuerda, a tu manera.

Relación impulsiva con la comida y con el alcohol.

En ocasiones, acudimos a la ingesta de alcohol para facilitar nuestra manera de relacionarnos. Otras veces, la comida se convierte en un refugio ante niveles de ansiedad más altos de los que podemos soportar. Bingo! En estas fechas la exigencia de relacionarnos y la ansiedad de los momentos que vivimos nos ponen en posición de peligro.

Tip: No comas ni bebas desde la impulsividad. Si no es por disfrute, tómate un momento para regular tu estado basal antes de seguir…

Lo dicho, si te reconoces en alguno de estos malestares, no dudes en estar atento y resistirte a dejarte llevar por el daño que puedes sufrir en nombre de la “tradición”…

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Alba Calleja. Psicólga.635961102albacallejapsicologa.com

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