La ganancia secundaria. ¿Qué sacamos de estar mal?

Cuando hablamos de ganancia secundaria, nos estamos refiriendo a una idea un tanto controvertida que nos dice que sí, que a veces desarrollamos cierta resistencia a ponernos bien por los beneficios indirectos que nuestros problemas nos pueden estar garantizando. Estar mal nos trae ciertas ventajas.

Tranquilo, no nos hemos vuelto todos locos, generalmente la persona suele no ser consciente de que este mecanismo está ralentizando su proceso de recuperación o está interfiriendo en la superación de su problema. Por ello, parte del trabajo terapéutico reside en desarrollar un conocimiento completo sobre estas ventajas secundarias a las que tanto cariño les hemos cogido y lograr deshacernos de ellas.

¿Soy mis problemas?

En ocasiones se diluye la línea que separa lo que nos pasa de quiénes somos. En este sentido, hablaríamos de cómo esa parte de nuestra vida se incorpora a nuestra identidad dejándonos incluso con sensación de vacío si nos la quitan. Un persona me preguntaba el otro día en consulta, ¿y si no sé ser yo cuando esté bien?

La mayor dificultad reside en trabajar que no somos nuestro malestar, reconstruir nuestra identidad sin el problema y entender que no lo necesitamos aunque nos haya acompañado mucho tiempo y nuestro pensamiento nos lo haya hecho entender como otro rasgo de nuestra personalidad.

El apoyo externo.

A veces, uno de los beneficios secundarios que más poder tienen sobre nosotros es el apoyo externo que recibimos cuando nos encontramos mal. Se trata de las atenciones recibidas por parte de las personas que nos rodean, un apoyo social o familiar que de otra forma puede que no se diera.

De nuevo, no estamos hablando de manipulación o de un ejercicio de victimismo consciente, si no simplemente de lo reconfortante que es sentirse querido, venga a partir de la situación que venga y del peligro subconsciente que tenemos a perderlo si nos recuperamos.

Espacio y tiempo.

También debemos hablar del tiempo que los problemas y los malestares ocupan en nuestro pensamiento y el espacio que toman en nuestro día a día. A veces, con su desaparición nos enfrentamos a una sensación de vacío difícil de entender. ¿Qué hago ahora que estoy bien? ¿Qué hago ahora que he terminado la oposición, o que me he curado de mi enfermedad? ¿Qué hago ahora que he superado mi adicción, mi duelo? ¿Qué hago ahora que ya no discuto con mi pareja porque he logrado salir de mi relación tóxica? ¿Qué hago con todo el tiempo que antes dedicaba a luchar o a reconocer que no estaba bien?

El miedo al cambio nos paraliza, y puede incluso boicotear nuestra relación con la posibilidad de superación o mejora…

La vida alrededor.

La vida que se construye alrededor de la presencia y consciencia de un problema cambia, se deforma. Pero, ¿cómo? Pues en las rarezas en el día a día que asumimos como posibles a razón de no estar bien, las renuncias que validamos desde el no puedo, los cambios y derechos que otorgamos a quienes no se encuentran bien, la forma de evitación legítima que constituye el malestar hacia las dificultades…

Huir, en definitiva, de la sensación de fracaso, modulando para ello la realidad que nos rodea.

A veces toma forma del miedo a la soledad que nos lleva a quedarnos en relaciones dañinas, otras veces lo vemos en retos a los que renunciamos para no fallar, otras de la renuncia a hacer esfuerzos porque para qué, otras en comportamientos autodestructivos en alimentación, sueño y demás básicos…

Vivir alrededor de los problemas es francamente peligroso.

En definitiva, que en psicología todo es más complejo de lo que aparenta y a la vez todo es más sencillo de lo que pensamos, porque siempre hay un sentido detrás de cada cuestión, de cada comportamiento, de cada dificultad, siempre hay un porqué y la clave es entenderlo todo para rehacer el puzzle de la mejor forma posible.

Alba Calleja. Psicóloga.

635961102

albacallejapsicologa.com

3 comentarios en “La ganancia secundaria. ¿Qué sacamos de estar mal?

  1. Buenas Alba.
    Estoy de acuerdo, pero también está la parte
    (pienso yo, desde mi ignorancia total en el campo psicológico claro) en la que masticando una y otra vez tus problemas, las cosas que te hacen daño, en definitiva, tu pasado o presente más doloroso, acabas por entender dónde radica el verdadero dolor y puedes crear tu propia estrategia de superación.
    Claro, esto no es baladí. Lleva tiempo y el riesgo añadido de no gustarte lo que encuentres cuando rebusques en tu propio cubo de basura, pero creo que puede llegar a ser productivo.
    En lo personal, te diré que a mí me sigue ayudando a inspirarme en lo artístico mientras sigo conociéndome, aunque a veces duela ahondar en ello de nuevo.
    Un saludo. Buen post!!

  2. Gracias Alba. Tu artículo me lleva a buscar sanar mi niña interior, no sé aún cómo pero lo voy a intentar. Muy clara tu explicación. Recibe un saludo desde Colombia.

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